Descolonización
África: de la independencia a nuestros días
La ilusión de un futuro mejor fraguó la emancipación de un continente secularmente maltratado. En los inicios del tercer milenio, la frágil esperanza poscolonial ha dado paso a una situación de subdesarrollo endémico.
Para hacer aceptables las
relaciones entre la sociedad dominante y la dominada, las metrópolis
necesitaban una elite autóctona que mediara, bajo su influencia,
entre ambos polos. De allí nació la dirigencia que iba a iniciar el
proceso de descolonización en la segunda mitad del siglo.
Negritud y panafricanismo
fueron la base ideológica de ese nacionalismo anticolonial que se
manifestaron en las colonias francesas y anglosajonas
respectivamente.
Ambas posturas pretendían
superar la triple barrera de “clase, cultura y raza” impuesta por
las potencias coloniales.
Hacia la independencia
Entre 1919 y 1945, cinco
congresos panafricanos impulsaron la organización política del
nacionalismo africano, mientras que la negritud, también nacido en
las Antillas francesas de América, se agrupó en torno a
publicaciones, sindicatos y líderes.
En 1943, en plena Segunda
Guerra Mundial, el nacionalismo africano fue alentado por Estados
Unidos y la URSS, que proclamaban el derecho a la descolonización.
Más de un millón de africanos pelearon al servicio de los ejércitos
aliados y sus aspiraciones de autonomía debían ser canalizadas en
orden.
La conferencia de
Brazaville de 1944 tuvo ese fin, y los primeros conatos
independentistas del África de posguerra fueron ahogados en sangre
por las potencias vencedoras.
Estados Unidos, por sus
parte, alentaba el proceso de emancipación, pues las trabas
coloniales impedían la apertura de mercados para sus capitales y
productos; mientras la URSS buscaba superar los límites de los
acuerdos de Yalta. Ambas potencias inclinaron la recién creada ONU
hacia esta política.
Un largo y tortuoso camino
La emancipación de los
pueblos africanos no fue un proceso homogéneo. Gran Bretaña y
Francia resolvieron los planteos sobre descolonización de la ONU a
través de gobiernos que salvaguardaban sus intereses políticos y
económicos. Así, muchas de sus colonias accedieron a una
independencia controlada. Fueron frecuentes las guerras, como la de
Argelia por su independencia que causó medio millón de muertos
entre 1954 y 1962. La salida de los belgas de una de las colonias más
antiguas de África, el Congo, originó una guerra de secesión con
la participación de mercenarios europeos, por la codiciada región
diamantífera de Katanga.
Mozambique y Angola se
independizaron de Portugal en 1975, tras largas guerras de
liberación. Grupos como UNITA y RENAMO, apoyados por Estados Unidos
y Sudáfrica causaron guerras civiles ante la llegada al poder de
gobiernos sostenidos por la URSS y, en el caso de Angola. De similar
orientación, los movimientos de Nambia (SWAPO) y Rhodesia (el frente
patriótico de Joshua Nkomo y Robert Maugabe) triunfaron tras una
larga guerra de guerrillas contra gobiernos apoyados por Sudáfrica.
Etiopía y Somalia, ensayaron sistemas estatistas en la década de
los ochenta y los noventa. Los gobiernos independientes no tuvieron
una ruptura real con el pasado. Las antiguas fronteras coloniales,
los regímenes políticos y sociales heredados siguen siendo moneda
corriente en la mayoría de los estados africanos.
La dependencia
económica de las potencias durante la segunda mitad del siglo XX, el
llamado neocolonialismo, significó una paulatina marginación del
continente africano del capitalismo globalizado. La caída del precio
de las materias primas, la proliferación de cleptocracias
depredadoras en muchos de esos estados, los ajustes impuestos por el
FMI y sus deudas externas configuran un panorama de subdesarrollo
extremo agravado por conflictos permanentes y la pandemia del Sida.
Estas lacras significan un lastre enorme para un continente con gran
potencial humano, y recursos naturales inmensos.
CRONOLOGÍA
1969- Independencia de la mayoría de las colonias africanas. |
1961- Guerra anticolonial en Angola y Guinea Bissau. |
1963- Creación de la OUA |
1966- Golpes de Estado: caen Nkrumah (Ghana), Obote (Tanzania) y Keita (Mali) |
1967- Guerra en Biafra (Nigeria) |
1974- Independencia de las colonias portuguesas |
1991- De Kierk emprende el desmantelamiento del apartheid |
1994- Mandela vence en las elecciones. Etnocidio en Ruanda. |
1997- Hundimiento del régimen de Mobutu en Congo-Zaire. |
1998- Guerra en Congo-Zaire. Internacionalización del conflicto. |
2002-2003- Guerra en Sierra Leona y Liberia. Golpe de Estado en Santo Tomé y Príncipe |
2004- Thabo Mbeki, presidente sudafricano, influye en las degociaciones de paz en Ruanda, Burundi y República del Congo. |
La India, potencia del subcontinente
La India obtuvo y consolidó la independencia a pesar de su diversidad cultural y religiosa, así como de sus problemas demográficos y económicos. Pakistán y Afganistán, en cambio, se convirtieron en piezas clave para la política de Estados Unidos.
Desde la década de 1920,
la historia de la India estuvo marcada por la acción de Gandhi,
partidario de la desobediencia civil y la resistencia pasiva, que
agrupó a su alrededor un inmenso movimiento de masas. Una joven
generación de políticos, encabezada por Jawaharlal Nehru, hizo
derivar el planteo autonomista del Partido del Congreso hacia el
independentismo, y Gandhi, sin abandona la no violencia, acompañó
esta línea. A la lucha contra la potencia colonial se sumaba la
creciente violencia religiosa entre hindúes y musulmanes. Este
problema fue decisivo a la hora de la obtención de la independencia.
Con Gran Bretaña
luchando por su supervivencia en la Segunda Guerra Mundial, Gandhi
llamó en 1942 a la resistencia generalizada, bajo el lema “Dejad
la India”. El movimiento fue severamente reprimido por los
ingleses, pero la independencia fue inevitable. Se inició, en 1946,
una etapa constituyente dirigida por Londres, pero los musulmanes, al
negarse a participar, paralizaron el proceso. El gobierno británico
designó virrey de la India a lord Mountbatten, quien procedió a
dividir el inmenso país en dos estados integrados en la
Commonwealth, la Unión India y Pakistán, con dos territorios
separados por 1700 kilómetros, ambos con mayoría musulmana:
Pakistán Occidental, en el noreste, y Pakistán Oriental, en la
provincia de Bengala.
La India, gobernada por
Nehru, heredó del Imperio británico la capital y el aparato del
gobierno, así como la mayor parte de la industria del subcontinente.
La constitución de 1950 abolió las castas, y sus principios fueron
democracia, sufragio universal y laicidad del estado. Pakistán, por
su parte, con un gobierno de la Liga Musulmana presidido por Jinnah,
prácticamente tuvo que crear un estado y la estructura económica y
productiva.
Esta partición
apresurada, dejó muchos problemas sin resolver. En el Punjab se se
produjo una serie de enfrentamientos entre grupos de sijs, hindúes y
musulmanes, que acabó en una gran matanza. Cachemira, bajo la
soberanía de la dinaastía hindú de los Dogras, fue el escenario de
la primera guerra indo-pakistaní. El conflicto estalló en octubre
de 1948, tras una rebelión musulmana apoyada por una invasión de
los guerreros de la tribu de los pathanes. El maharajá pidió ayuda
a Nueva Delhi y proclamó la unión con la India. En la primavera de
1948, el ejército pakistaní se sumó a la lucha. El 1° de Enero de
1949, la ONU forzó un armisticio. La India se quedó con la mayour
parte de Cachemira. El resto formó parte de un protectorado
pakistaní.
No alineamiento
Nehru instauró una
política de neutralidad ante la URSS y Estados Unidos, cuyas ventas
de armas a Pakistán forzaron el acercamiento de la India a los
soviéticos. Esto no impidió que la China comunista atacase a la
India en 1962. el conflicto fronterizo significó una humillación
para Nehru, aunque la diplomacia internacional acudió en su ayuda y
casi no tuvo pérdidas territoriales. En 1965, estalló la segunda
guerra indio-pakistaní en Cachemira. Nehru murió en 1964, y en 1966
su hija Indira Gandhi fue elegida primera ministra. En 1971, se
desató una nueva crisis en la provincia oriental de Pakistán, que
demandaba autonomía. La India apoyó a Pakistán Oriental y se
produjo la tercera guerra indo-pakistaní, que concluyó con la
victoria de Nueva Delhi y el surgimiento del estado de Bangladesh.
Pakistan vivía en una
permanente inestabilidad. Los ejecutores de sucesivos golpes de
Estado y los gobernantes de los breves períodos de democracia sólo
coincidían en el carácter islámico del estado y en una virtual
alianza estratégica con China.
Los asesinatos de Indira
Gandhi, en 1984, y de su hijo Rajiv, que le sucedió en el poder, en
1991, marcaron el declive del Partido del Congreso. Con la
desaparición de las Gandhi, Estados Unidos se convirtió en el
primer socio comercial y la primera fuente de inversiones.
Afganistán en conflicto
La tensa situación en
torno a Cachemira se agravó en los primeros años del siglo XXI por
el poderío atómico de la India y Pakistán. Este país, a su vez,
sufría la inestabilidad política y de su vecino Afganistán,
convertido en un importante objetivo para Estados Unidos y la Unión
Soviética desde la guerra fría. Afganistán había obtenido su
independencia en 1919, y sus reyes, principalmente Nadir Sha
(1929-1933) y Muhamad Zahir Sha (1929-1973), intentaron modernizar
el país, permitiendo la escolarización de las mujeres, y
concediéndole diversos derechos. Pero las tribus montañesas y
nómadas se resistieron a cambiar sus tradiciones, y una grave crisis
económica condujo al derrocamiento de Zahir Sha y a la proclamación
de la república. En 1978, un grupo de oficiales y civiles les dio un
golpe de estado apoyado por la URSS. Estados Unidos abandonó,
entonces, su hostilidad hacia Pakistán le concedió ayuda militar al
dictador Zia ul-Haq, para reforzar la lucha de la guerrilla afgana
anticomunista. En diciembre de 1979, la URSS invadió Afganistán,
ocupó el país y puso en el poder a Babrak Karmal, jefe del Partido
Comunista Afgano. La ocupación duró diez años y costó más de un
millón de muertos y cinco millones de refugiados, y dio paso a años
de convulsiones que culminaron en 1996 con la toma del poder por los
talibanes, que, al igual que uno de sus inspiradores ideológicos, el
saudita Bin Laden, recibieron ayuda militar y económica de EEUU. Los
talibanes impusieron una rigurosa dictadura religiosa, contraria a la
modernización y, sobre todo, a la apertura y occidentalización del
país.
La benevolencia de EEUU
con los talibanes finalizó el 11 de Setiembre de 2001, a raíz de
los atentados contra el Pentágono, en Washington, y las torres
gemelas en Nueva York. El presidente George W. Bush lanzó sus tropas
contra los talibanes y Bin Laden, a quien responsabilizó por los
actos terroristas, y colocó en Kabul un gobierno títere presidido
por Hamid Karzai.
India y el futuro
Abdul Kalam, presidente de
la India desde 2002, presidió un gobierno de orientación liberal.
El desarrollo de la industria tecnológica en los últimos años se
presenta como una gran oportunidad para el futuro económico de toda
la región.
CRONOLOGÍA
1947-
Gran Bretaña resigna la “joya de la corona” y el
subcontinente india es dividido en dos estados: India y Pakistán.
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1948-
Primera guerra indio-pakistaní por Cachemira. La ONU impone la
división del territorio.
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1962-
Guerra con China por problemas fronterizos. La India logra un
fuerte respaldo internacional.
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1971-
La India apoya las reivindicaciones de Pakistán Oriental y, tras
una guerra, se crea Bangladesh.
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1979-
La URSS invade Afganistán. Se inicia una guerra de guerrillas
contra el ejército ocupante.
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2001-
EEUU derroca el régimen talibán de Afganistán.
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2004- Tras
años de tensión nuclear, India y Pakistán negocian el fin del
conflicto de Cachemira.
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2006-
La economía india ha crecido aceleradamente de 2000 al 2006, y
para 2007 se esperaba que creciera un 9.2%
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